Proceso
Tierra, fuego y color
La alquimia de la Talavera

Talavera, tradición que trasciende siglos.
La historia de Talavera poblana.
La Talavera poblana es una de las artesanías más reconocidas de México y del mundo. Su historia comienza en el siglo XVI, cuando alfareros provenientes de Talavera de la Reina, Sevilla y Génova trajeron a Puebla la técnica de la loza estannífera. En puebla encontraron la tierra y el agua perfectas para dar vida a una cerámica única, que pronto se convirtió en símbolo de prestigio en cúpulas, iglesias, conventos, cocinas y vajillas novohispanas.
En 1995 se reconoció oficialmente la Denominación de Origen (DO04-06),
que protege la autenticidad de este arte y garantiza que solo un número limitado de talleres, entre ellos Talavera Santa Catarina, mantengan viva esta tradición con procesos 100% artesanales.
Más de cuatro siglos de historia convierten a la Talavera en patrimonio cultural vivo.
Tierra · Fuego · Color: el proceso original de la talavera
De arcilla a talavera
Tierra: el origen de la forma
El proceso comienza con la selección y mezcla de dos tipos de barro, colados y pisados hasta obtener la textura perfecta. Esa arcilla es el alma de cada pieza. En manos del artesano, toma forma en torno o molde, iniciando un camino único hacia la obra final.
Pasos que sigue la tierra:
- Selección del Barro
- Colado
- Pisado
- Torneado o molde
Del barro nace la forma, pero es el fuego quien la define y el color quien la inmortaliza.
Como afirma Fernanda Gamboa,
“la innovación puede llegar hasta donde la destreza de los artesanos lo permita”.
Fuego: donde la arcilla se vuelve eterna.
El fuego es el elemento decisivo en la vida de cada pieza:
transforma las propiedades del barro y le otorga la fuerza,
resistencia y carácter que distinguen a la auténtica Talavera.
Tras un secado natural al sol, las piezas ingresan al horno, donde alcanzan temperaturas superiores a los 1000 °C. Allí ocurre la alquimia que convierte la arcilla en cerámica y revela un tono rojizo muy particular, conocido como “jahuete”.
Este estado intermedio es el umbral que prepara a la pieza para recibir el estarcido y los colores, asegurando un acabado que ha permanecido intacto desde el siglo XVI bajo la Denominación de Origen DO04-06.
- Sol
- Horno
- Jahuete
El fuego forja la resistencia, pero es el color quien otorga identidad.
De esa unión nace la esencia única de la Talavera.
Color: el sello de pasión y estilo.
El color es la etapa donde la Talavera alcanza su plenitud. Tras la primera cocción que genera el “jahuete”, la pieza recibe el esmalte estannífero, compuesto de estaño y plomo, que le otorga su blancura característica y la convierte en un lienzo listo para el estarcido y la pintura.
Sobre esa superficie, los artesanos trazan los diseños mediante estarcido y pinceladas a mano, utilizando pigmentos minerales tradicionales: azul cobalto, negro de manganeso, verde de cobre, amarillo de antimonio y naranja de hierro.
Es aquí donde se sella la pasión y el estilo: cada trazo refleja siglos de tradición y, al mismo tiempo, la creatividad de los artistas que mantienen vivo este legado. Una segunda cocción fija los colores de manera definitiva, otorgando la resistencia y el brillo que distinguen a la Talavera poblana desde el siglo XVI.
En el color es donde Talavera Santa Catarina se atreve a explorar nuevos caminos.
Reinterpretamos técnicas históricas como el plumeado o el encaje del siglo XVII.
Jugamos con la fuerza expresiva de los pigmentos sin perder la esencia del oficio.
Respetamos la pureza del proceso DO04-06 y proponemos lecturas contemporáneas.
Color: el sello de pasión y estilo.
El color es la etapa donde la Talavera alcanza su plenitud. Tras la primera cocción que genera el “jahuete”, la pieza recibe el esmalte estannífero, compuesto de estaño y plomo, que le otorga su blancura característica y la convierte en un lienzo listo para el estarcido y la pintura.
Sobre esa superficie, los artesanos trazan los diseños mediante estarcido y pinceladas a mano, utilizando pigmentos minerales tradicionales: azul cobalto, negro de manganeso, verde de cobre, amarillo de antimonio y naranja de hierro.
Es aquí donde se sella la pasión y el estilo: cada trazo refleja siglos de tradición y, al mismo tiempo, la creatividad de los artistas que mantienen vivo este legado. Una segunda cocción fija los colores de manera definitiva, otorgando la resistencia y el brillo que distinguen a la Talavera poblana desde el siglo XVI.
En el color es donde Talavera Santa Catarina se atreve a explorar nuevos caminos.
Reinterpretamos técnicas históricas como el plumeado o el encaje del siglo XVII.
Jugamos con la fuerza expresiva de los pigmentos sin perder la esencia del oficio.
Respetamos la pureza del proceso DO04-06 y proponemos lecturas contemporáneas.
piezas, proyectos o visitas.
escríbenos
Ventas y proyectos:
comercial@talaverasantacatarina.com.